A favor, pues son más los aspectos positivos y potencialidades que se pueden obtener. Se trata de adaptar el contexto de aprendizaje y ámbito de intervención profesional a las nuevas necesidades y oportunidades que ofrece la sociedad, y consecuentemente, a las nuevas generaciones. Ya no basta con información textual, sino también con sonora y visual pues, la capacidad cognitiva y de aprendizaje de los niños/as es diferente y se requieren nuevos instrumentos que la incluyan posibilitando que los profesores compartan el lenguaje o código de los alumnos llamados nativos digitales y aumentando la eficacia de interacción.
Otros aspectos favorables son el fomento de la creatividad, el mayor atractivo, el aprendizaje cooperativo, capacidad crítica, personalización de los procesos de enseñanza y aprendizaje, mayor número de fuentes de información y recursos profesionales, etc.
Son numerosísimas las características favorables que ofrece, creando nuevos espacios sociales y de aprendizaje más inclusivos y democráticos para las personas.
Pero a pesar de todo, un consejo: queramos o no, en contra o a favor, las Nuevas Tecnologías son el presente y el futuro. Se trata de un acontecimiento social que nos invade y desde el que debemos de trabajar, pues, todos nos encontramos inmersos en el mismo. Por ello, en mi opinión, la clave no se encuentra en posicionarse a favor o en contra, sino en adaptarnos y evolucionar con ello, desarrollándonos con la gran multitud de potencialidades que nos ofrece pero siempre sin olvidar las limitaciones y aspectos negativos derivados de un mal uso.
