Las Ti
cs tienen una gran multitud de funcionalidades no solo en nuestra vida cotidiana, sino también en las diferentes orbitas profesionales desde la que nos enmarquemos.
Como sucede en nuestro caso, vertiente educativa, desde la cual sus potencialidades son más que notables.
El almacenamiento, manejo, flexibilidad y aplicabilidad de la información es una de ellas. El profesional puede acceder a un mayor volumen de información tanto para su labor auto-formativa como para transmitir y enriquecer al alumnado de una forma más favorable. Además, ello tiene también la ventaja de crear nuevos espacios de transmisión entre alumnado y profesorado, de tal forma que pueden crear sus propios conocimientos a partir de una comunicación más bidireccional, enriquecedora e igualitaria entre ambos grupos donde el educador ejerce un nuevo papel de dinamizador y donde el alumno adquiere mayor protagonismo. También se obtiene de esto una consecuencia muy relevante, la continua actualización de conocimientos, que requiere un aumento de la propia creatividad del alumnado y profesorado, utilizando de forma innovadora los recursos, así como el fácil almacenamiento y acceso a conocimientos creados.
Todos estos aspectos son fundamentales para conseguir adaptar la educación de las nuevas generaciones a los nuevos cambios sociales, económicos y culturales que se crean (o creamos) cada día en nuestra sociedad. Posibilitando la formación permanente en las personas, a través de las Tics, pero aprendiendo de una forma personal, crítica y creativa, las cuales requiere el avance hacia la Sociedad del Conocimiento.
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